El Oro del Desierto

Aceite de Argán

 Argan (Argania spinosa) es un árbol que crece en  Marruecos y Argelia. De sus frutos, parecidos a la oliva aunque de un color distinto ( amarillo) se extrae la sustancia que conocemos como aceite de Argán, también llamado el oro líquido del desierto por su historia milenaria y sus beneficios mostrados sobre la piel. Viene siendo la base fundamental de la cultura de los bereberes, lo han venido cultivando y aplicándolo tanto en su alimentación como en su piel y cabellos, desde hace siglos. Las mujeres bereberes, producen el aceite para las necesidades alimentarias de la población local, pero también en el uso tradicional de atención por su piel y el cabello.

Compuesto por ácidos grasos esenciales como el linoleico, alfa linoleico, oleico y araquidónico, tiene también gran cantidad de vitamina E y esto es lo que lo hace un fuerte regenerador de la piel y del cabello, desempeñando un papel fundamental  en la renovación y regeneración celular. 

Hoy en día se reconoce como un  potente antiarrugas y un componente habitual en muchos productos cosméticos dado que ofrece grandes beneficios: protege al organismo de los efectos nocivos de los radicales libres, su poder regenerador de la piel lo hace un buen remedio para evitar el malestar producido a partir de las quemaduras solares, también es un buen remedio contra el acné, la soriasis y la neurodermitis.

Otro de los beneficios que ofrece es su función como antiséptico, sirve para limpiar heridas y previene la aparición de hongos. Si se usa como mascarilla para el cabello restaura las puntas secas y quebradizas. Otro posible uso si lo mezclamos con limón sirve para revitalizar las uñas.